Un sevillano sin reconocimiento público.

Antes de comenzar la historia me gustaría definir a la persona que la transmite. Ella, a mi parecer, una mujer valiente, una mujer capaz de ser ella misma sin dejar que los comentarios del resto le impidan hacer lo que ella disfruta. La misma que considera importante el reconocimiento de personas que han trabajado y luchado por lo que creían importante a pesar de las circunstancias.

Fue nadadora hasta que su cuerpo se lo permitió. Por diferentes circunstancias tuvo que abandonar, pero en seguida fue llamada a trabajar como juez de gimnasia dentro de la federación femenina.

Nos cuenta la historia de una de las personas que potenció y creó federaciones tales como la de tiro con arco en Sevilla. Manuel, un señor casado y con cuatro hijos. Un señor que estudió química y medicina, que ejerció de ello como profesor. Un señor que tuvo conciencia de la precariedad de deporte en Sevilla y Andalucía (debido a la situación de poco desarrollo dejado por la postguerra).

Él, con apoyo de otras personas, gestionó la primera casa de deporte de Andalucía donde se ubicaron distintas federaciones, entre ellas atletismo, gimnasia deportiva, salvamento y socorrismo. Fue el primer delegado de deporte de Andalucía.
Manuel trabajó por la sociedad. Ejerció todos estos servicios, sacrificando a su familia, dándose a los demás por fomentar el deporte que no había en Andalucía.
Empleo mucho tiempo en esta labor. Tiempo, que quitó de estar con su familia, algo que no beneficiaba a la misma. Ese tiempo que le dedicaba a la sociedad fue tiempo que no le dedicó a su mujer e hijos. Con lo cual, ellos se vieron afectados por ello.

Es importante mirar las dos caras de la moneda aunque Manuel merezca reconocimiento por su gran esfuerzo, afán y dedicación. Durante una época difícil de falta de desarrollo tras la postguerra.

Se encontró con diferentes dificultades a lo largo del camino. Entre de ellas, la de defender que se mantuviera el estadio deportivo y no sustituirlo por ningún otro tipo de centro. Se dejó la piel por mantener en pie el deporte y sus instalaciones en Sevilla.
Fue una persona con fuerza de voluntad, pasión y amor, que luchó por algo de lo que tuvo consciencia y muchos otros no miraron. En una sociedad «cerrada», más centrada, para entonces, en la cultura tradicional.

Yo, personalmente, los defino como personas valientes, fuertes y pasionales que se dan por los demás con una confianza que consigue abrir límites.

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Publicado el

26/02/2021