La vida de una luchadora

Ángeles vivió en un cortijo familiar durante su infancia, hasta que se mudó a un pueblo para que sus hermanas pudiesen ir a la escuela. Tras su divorcio se mudó con sus dos hijos a Motril para sacar adelante, ella sola, a su familia. Levantando hasta dos negocios distintos sin siquiera haber ido nunca a la escuela, consiguió crear una familiar sin penumbras. A día de hoy, o recuerda todo y nos lo cuenta con cariño.

«Los mayores tienen un futuro, que es sus pasado». – Gila, Manuel.

Este proyecto solidario nace a raíz de la crisis sanitaria COVID19 en el que nos encontramos. En esta pandemia, un colectivo muy afectado y vulnerable han sido las personas mayores, siendo ellos los que nos han ayudado a llegar hasta donde estamos ahora, no podemos darles ahora la espalda nosotros. Sin previo aviso, están desapareciendo, estamos perdiendo una generación que tiene tanto que aportar, contar y enseñar… muchos de ellos se han marchado solos, sin que nadie pudiera abrazarlos y despedirse. Con este proyecto vamos a estar cerca de ellos, de un modo no físico, pero si emocional, vamos a contactar con ellos, para que sepan que no están solos, y que no todo es negro, que hay luz al final del túnel.

Estas entrevistas, dentro de este proyecto, tienen diferentes objetivos:
1. Crear un vínculo de acompañamiento a los mayores a través del diálogo y sus recuerdos.
2. Rescatar el saber de nuestros mayores desarrollando un álbum vivo de testimonios de esta generación y un banco de conocimientos.
3. Sensibilizar a los estudiantes de UGR hacia este grupo de población, aprendiendo de sus experiencias y descubrir nuevos ámbitos laborales desde la actividad física rítmica en el estudiantado de Ciencias del Deporte.

En mi familia cuento con dos abuelas, una divorciada y otra viuda desde hace tres años. Decidí hacer la entrevista a mi “yaya” Ángeles, la primera mencionada. Quise hacerla con ella, pues es la que ha pasado esta cuarentena sola, en un piso muy pequeño y cerrado, lejos de sus hijos, sus nietos y sus bisnietos. En una ocasión me llamó y de la situación se vino abajo y se desahogó llorando, no podía más. Por lo que decidí hacer esta entrevista con ella.

ENTREVISTA:

• ¿Dónde estás viviendo actualmente?
Ángeles tiene dos viviendas, el piso donde ha estado viviendo muchísimos años y una casa que consiguió comprar pero bajo una gran carga, una hipoteca que lleva pagando muchísimos años y aún le quedan más de cinco años para terminarla.
Debido a que tiene que pagar la hipoteca y demás facturas, se vio obligada a alquilar la casa y volver a vivir al piso, con la mala suerte que la pandemia la pilló ya viviendo de nuevo en el piso. A diferencia de la casa, con gran terraza, sus plantas, etc, el piso solo cuenta con un balconcito cerrado en el que tiende la ropa, es un piso muy pequeño y oscuro, tocándole vivir ahí encerrada los dos meses de estado de alarma.

• ¿Tienes privacidad hablando conmigo?
Sí la tiene, puesto que ha estado viviendo sola actualmente por las circunstancias espontáneas.

• Cuéntenos un resumen de su vida, cómo era su vida de niña/joven.
La primera historia en contarme, es una anécdota con su padre, una historia que ha recordado justo al lanzarle esta pregunta. Su padre era un hombre muy bueno, siendo mi yaya su ojito derecho, eso sí, tenía muchos “cojones”, pero a ella no había quien se los echase. Teniendo ella 19 años, y ya vivía en Almuñécar, en esa época no tenían nevera, por lo que su madre compraba la comida del día. Su padre, al volver de trabajar por la noche, se le antojó durante un tiempo que quería cenar siempre filetes de carne, pese a que su madre no había preparado eso para cenar, ni siquiera había comprado carne. Por lo que esto desembocó peleas… hasta que en una, Ángeles con tan solo 19 años, mientras su padre estaba gritándole a su madre, cogió a su padre por los brazos muy fuerte, aprentándole y mirándole fijamente. Su padre se quedó paralizado ante la respuesta de su hija, tras soltarle le dijo: ¿Ángeles, me has agarrado? Y ella tras el subidón, pensó que ahora su padre la iba a tomar con ella y salió corriendo. Tras contarme esto me dice: Pues Álvaro, desde ese día, nunca más volvió a exigir carne para cenar ni a pelear.

A pesar de lo que me ha contado de la pelea, su padre no le pegaba, les regañaba y les castigaba yendo a hacer tareas, una vez les mandó a otro cortijo muy lejos por la noche a por paja.

Ella a esa edad de vez en cuando iba al cortijo a ayudar a su padre en el campo, o bien en coche, que se pudo comprar uno su padre, o incluso andando por caminos de piedras por las playas y acantilados. Antes de vivir en Almuñécar vivían en ese cortijo, allí ella y sus hermanas se dedicaban a trabajarlo con su padre. Ángeles nunca fue al colegio, se mudaron a Almuñécar para que sus hermanas pequeñas pudiesen ir, aunque fueron poco, ya que también estaban grandes ya, pero Ángeles, ya era mucho más mayor y le daba vergüenza, por lo que nunca fue a la escuela.
Su vida en el cortijo de niña, era pasar el tiempo realizando las tareas que su padre les manaba: dar de comer a las cabras, ir al pozo a por agua, quitar las hierbas, lavar la ropa en la acequia, además de jugar con sus hermanas a juegos populares del momento. La entrevista se la hice por videollamada, por lo que vi, que al explicarme la parte de los juegos que hacía, se levantaba y los ejemplificada, incluso dando satos a “pata coja”.

En definitiva, me cuenta que su infancia ha sido poco lúdica, monótona, siempre hacía lo mismo y viviendo, sin salir, del mismo sitio.

• ¿Qué cambios físicos fueron los más significativos?
Uno de sus cambios grandes fue con 19/20 años. Ella en el cortijo estaba encerrada, con poco que hacer, pero a esta edad se mudaron a Almuñécar. Entonces pasó de vivir dentro de un cortijo a vivir en un pueblo costero. Allí su padre cogió una caseta en la playa, donde trabajaban su mujer y las niñas también. Ángeles aquí se sentía más libre y más social, ya que se relacionaba con gente, y salía de vez en cuando, de hecho, me contó una anécdota: Al lado de su caseta, había otra, en la que por la noche la gente iba allí a bailar. Pues una noche, tras irse de su caseta a dormir para volver a la mañana siguiente, se fue con sus hermanas a este sitio y estuvieron toda la noche de fiesta, bailando y bebiendo. Cuando volvían a casa, coincidieron con su padre que volvía de trabajar a lo que ellas salieron corriendo de él y volvieron a casa.

Esta conversación de dio pie a hacerle una nueva pregunta.

• ¿Has trabajado en muchos sitios?
Orgullosa me dice que sí. De pequeña su padre no quería que trabajaran para otras personas, se lo tenía prohibido. Por lo que de pequeña ha trabajo en el campo con su padre y en su caseta de la playa. Pero luego, al independizarse, montó una tienda de chuches (“los 20 duros”), montó una ferretería, trabajó limpiando casas y cuidando niños, etc.

• ¿Cuál es el trabajo que más te gusta?
A Ángeles lo que más le gustaba era trabajar en el campo, alega que ojalá pudiese seguir trabajándolo. Le encantan las plantas, en su casa tiene un montón de plantas que cuida cada día. Además, siempre que sale a andar, hacer fotografías con el móvil a plantas que ve por la calle.

• De lo que ha conseguido a lo largo de la vida, ¿de qué se siente más orgullosa? ¿por qué?
De haber sacado a su familia ella sola, sin haber ido nunca al colegio aprendió a leer y a escribir por su cuenta, se sacó el carné de conducir y se hizo totalmente independiente a ningún hombre. Desde que se divorció estando sus dos niños jóvenes, ha sacado sola a su familia. También se enorgullece de habernos visto a todos crecer y ver en qué nos hemos convertido, haber ayudado a sus hijos a criarnos. Incluso el haber podido conocer a dos bisnietos, el cual uno ya ha hecho hasta la comunión y haber visto a su nieta mayor, madre de estos bisnietos, casarse.

• Hablemos de su familia, (matrimonio, hijos, nietos, relaciones familiares…).
Donde más profundizó, ya que estaba hablando conmigo, fue en la relación con unos de sus dos nietos, mi hermano y yo. Nos cuenta que cuando mis padres se divorciaron, eran ellos los que se encargaban de llevarnos y recogernos de la escuela. Le hacía tanta ilusión hacerlo a ella que ya no pudo más y fue a hablar con mi madre para pedirle si podía ella llevarnos algún día. Al aceptarlo sin problema, así hizo, y me cuenta cómo recuerda aún ella viéndonos a mi hermano y a mí pequeñitos, yendo con la mochilita en la espalda con ilusión al colegio. Contándome esta anécdota no lo puede evitar y llora de la emoción del recuerdo.

Otra anécdota que cuenta Ángeles fue una que le sucedió con mi hermano. Esta ocurrió cuando a mi hermano lo cambiaron de colegio, él sufría además de sobrepeso, el cambio de vida, de entorno y de amigos, sumado a la falta de confianza por el sobrepeso, sumaron en una época muy difícil para él. Ángeles cuenta que en uno de sus viajes llevándolo al colegio cometió un error que a día de hoy aún se acuerda y lamenta. Tras aparcar el coche frente a la puerta del colegio, agarró de la pierna a su nieto y con voz cariño se despidió diciendo: “Adiós mi gordi”. Él le lanzó una mirada que Ángeles ya sabía que había cometido un error, y efectivamente, mi hermano tardó un año en dirigirle la palabra. Ella persistió día tras día llevándolo al colegio y dándole dinerillo para el recreo, hasta que por fin un día mi hermano se despidió al bajarse del coche y poco consiguió que le volviese a hablar.

• Amistades. Hablemos de sus amigos y de la importancia que tienen para ellos.
Esta cuestión me la abrió ella sin yo preguntarle. Decide hablarme de sus amigos, me cuenta que siempre ha estado sola, y que no la ha importado mucho la vida de los demás, (aunque bien es cierto que yo sé que ve todos los programas de culebrones de la tele). Por las circunstancias de su vida ha tenido pocos amigos, pero los pocos que ha tenido han sido muy buenos. Menciona a dos en especial, Lola y Jesús.

Estos dos amigos han marcado mucho en su vida, los conoció porque iban a comprar a la ferretería de Ángeles, ya que Jesús se dedicaba a la construcción, además con Lola, la mujer de Jesús, coincidía en el gimnasio al que estuvieron yendo un tiempo. Esta pareja tenía un cortijo, al que todos los fines de semana iban Ángeles y sus nietos (en los que yo me incluyo), mientras los nietos jugaban ella, de forma altruista y por el mero hecho de disfrute, ayudaba a Lola y a Jesús a trabajar el campo. Se tiraron muchísimos años trabajándolo y yendo allí, le gustaba e iba tanto a su cortijo, que la casa mencionada anteriormente se la compró a menos de 100 metros de este cortijo. Siempre estaban allí, hasta que por cuestiones de la vida, Lola y Jesús perdieron el cortijo y ya no fueron más.

• ¿En que trabajaba? ¿Cómo vivió el momento, y cómo ha cambiado su vida?
Como hemos hablado anteriormente, Ángeles nos cuenta que ha trabajado en muchos sitios distintos. Una vez jubilada, por necesidad de conseguir dinero para pagar las hipotecas, se ha visto obligada a seguir trabajando muchos años, tanto cuidando casas, planchando, regando y limpiando, como cuidando a niños jóvenes cuando no estaban sus padres.
Pero cuando comenzó el estado de alarma y la epidemia, por suerte no estaba trabajando en nada actualmente.

• ¿Qué tipo de música le gusta? ¿Recuerda canciones de su infancia y con quien las cantaba o escuchaba? ¿Cuando era joven bailaba? ¿Qué tipos de bailes? ¿Dónde? ¿Cómo se sentía? ¿Cómo se imagina ahora bailando con música y haciendo ejercicio físico? ¿Le gusta el deporte? ¿Qué deportes ha practicado?
A Ángeles sí le gusta el deporte, aunque afirma que ha practicado muy poco. Personalmente aunque haya practicado mucho, conozco que Ángeles es una mujer muy activa, ya que nunca ha parado, siempre ha estado en movimiento, el haber trabajado el campo ha favorecido a ello. Actualmente, a pesar de su edad y sus operaciones, Ángeles se encuentra bien físicamente, de hecho, el piso pequeño donde vive actualmente es un quinto sin ascensor al que no le impide subir sin dificultad incluso cargando la compra. De igual modo, también conduce todavía, aportándole esto total independencia pese a su edad.

A ella le gusta el deporte, siempre que puede va a ver a sus nietos jugar a waterpolo. A lo que practicar deporte se refiere, la actividad física que ha realizado, además de los juegos de pequeña, fue una época que estuvo apuntada al gimnasio donde realizaba musculación y actividades dirigidas, aunque menos por timidez.

En términos musicales, Ángeles recuerda las canciones de su época y lo que escuchaba: Paso doble, Manolo Escobar, Antonio Molina, Lola Flores, Juanita Reina… A ella los que más le gustaban eran Rafael Farina y Pepe Pinto, siendo su canción favorita una de Farina que decía: “Soy enterrador y vengo, de enterrar a mi propio corazón”, esta canción se debía a que murió la hija de este artista y la enterró él. El flamenco es lo que más le gusta a Ángeles.

Bailar ha bailado poco, lo que baila era paso doble. No ha bailado mucho porque le daba vergüenza, al no haber tenido una infancia muy social, cuando llegó a la juventud y se le acercaban los chicos para bailar, a Ángeles le daba vergüenza, me cuenta que cuando un muchacho le preguntaba para bailar con ella, Ángeles le decía: ve a preguntarle a mi padre. De chica no había música, y menos en el campo. Bailaba en locales cuando las llevaba sus padres, o en el bar de al lado de su caseta.
Ella de mayor tampoco ha bailado, lleva más de 25 años sin bailar como tal. Porque el estilo de baile cambió cuando creció dijo, y ella no se siente cómoda porque no sabe bailar, le da vergüenza. Al preguntarle por el baile al que se refiere cuando me dice que este ha cambiado me dice que ahora se hace un “baile suelto”, antes bailaba con un hombre o una mujer y bailaban juntos, pero ahora tiene que bailar ella sola y eso no sabe hacerlo, dice.

• ¿Qué opina de la situación actual que estamos viviendo (COVID19)? ¿Ha vivido alguna otra vez en su vida algo parecido?
La única opinión que tiene es que debemos tener mucho cuidado, hace recordatorio al gran acontecimiento anterior al covid19, la guerra civil española. Me cuenta que su padre fue a la guerra, antes de ella nacer. Estando en Córdoba le acertaron un disparo en la pierna, por lo que acabó en el hospital y abandonó el campo de batalla. Esto quizás fuese lo que permitió que siguiese vivo, y de ese modo, haber nacido ella. A un hermano de su madre lo fusilaron en Motril, no corrió la misa suerte que su padre. Nos cuenta Ángeles que su madre le confesó ya siendo mayor, que si hubiese vivido otra guerra, si hubiese quitado la vida. Esa afirmación me hace pensar lo duro que tuvo que haber sido.

• ¿Qué te ha parecido esta entrevista? ¿Cómo te has sentido?
Me cuenta que le encanta contarme cosas y así ella además recordarlas. Es una persona muy sentimental, le hace mucha ilusión estas cosas, cuentas las historias con gran añoranza y muy emotiva, incluso con ganas de llorar, llegando a hacerlo en alguna ocasión.

REFLEXIÓN

La verdad es que ha sido un proyecto muy satisfactorio. Animo a todo el mundo a realizarlo, tanto con las personas mayores de vuestra familia como con personas de alguna residencia de mayores. Es muy gratificante oír activamente cómo te cuentan con ilusión sus vidas. Saber que tras de ellos han vivido años y años de experiencias, las personas mayores son pura sabiduría.

Me ha gustado mucho haberlo realizado con mi yaya, el estado de alarma ha hecho que no nos veamos durante mucho tiempo y ella además, tampoco ha podido ver a nadie más, pues vivía sola. Esto nos ha dado una oportunidad de hablar más profundamente lejos de la típica conversación estandar de «qué tal» «cómo te va» etc. Gracias a esto, he conocido y recordado momentos de su vida y la mía que estaban atrás, ha sido un momento de conexión muy bonito que sin duda voy a experimentar más a menudo.

Habilidades

Publicado el

09/06/2020