La esencia de ser feliz con lo necesario

Malagueña de 85 años y con mucho arte, es una de las formas de describir a María, que lleva pocos meses en la residencia y que, tras un proceso de tristeza, se ha adaptado de forma increíble a sus compañeros, cuenta lo que sucedía en su infancia, pues desde pequeña tuvo que hacerse cargo de sus hermanos y de la casa, salir del colegio y dedicarse en un futuro con una edad corta a cuidar de sus hijos y mantener la casa mientras su marido salía a buscar el pan para poder comer.
Siempre tiene algo que contar, cómo salía a bailar en los espacios destinados, pues se solía ir por la tarde para estar temprano en casa y cuando tenía novio, debían de pedirle permiso a sus padres para poder sacarla a bailar una tarde, canciones de Lola Flores o Conchita Piquer eran de sus favoritas, pues nunca perdió su esencia malagueña y andaluza, con mucha alegría también cuenta que el nacimiento de sus hijos o haberlos tenido, fue de las cosas con las que más se siente orgullosa o siente nostalgia, pues fue una de sus mejores épocas.
En cuanto ejercicio, relata que apenas realizó en su juventud, pues las labores o las responsabilidades le privaron de realizar alguna actividad física, pero que está aprendiendo a realizar desde hace años para poder mejorar su capacidad física y que estaba entusiasmada con la cantidad de material que se utilizó para la batería, aunque es reticente a aprender a manejar las nuevas tecnologías, porque piensa que es demasiado avanzado, pero que algún día le gustaría para poder hablar o contactar con sus nietos pequeños y que de vez en cuando la visitan en la residencia.
Una vida dedicada a sus hijos y su familia, sus amigos prácticamente eran sus vecinos y los que también considera sus nuevas amistades en la residencia y que guarda con mucho cariño, pues en aquella época todo era más natural y menos artificial, las cartas eran el medio para poder escribirse con su pareja ya que los padres sólo querían que se dedicaran a las tareas del hogar y a cuidar de sus hermanos.
Con una sonrisa nos cuenta lo alegre que está de que alguien más joven comparta su tiempo, pues cuenta que antes todo era más sencillo, menos material y que las cosas importantes perduraban más, pues la paciencia no es la de antaño debido al avance de las tecnologías, pero que se siente afortunada de haber vivido todo aquello con intensidad, naturalidad y sin forzar nada, solamente dejándose llevar por sus sentimientos, pues nunca pierde esa preciosa sonrisa y que aún tiene muchas historias que contar, muchas preguntas por contestar y siempre con esa naturalidad y alegría que desprende.

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Publicado el

16/08/2021